Mucho se habla sobre la libertad para elegir. Algunos teóricos de las ciencias sociales, señalan que la pobreza, es la disminución de libertades individuales en la vida cotidiana. Incluso los adolescentes en más de alguna ocasión habrán animado alguna discusión con sus padres en base a la libertar para hacer lo que ellos estimen necesario. Para bien o para mal, hablamos constantemente de libertad en su amplio, mediano, o corto sentido, sin embargo, nadie habla de cómo administrar nuestra libertad.
A MILÍMETROS DEL MUNDO EN TU VIDA...
Somos un Blog dispuestos a mirar la vida con los ojos de Cristo. ¡Difícil!, ¿cierto?. Pero, ¿acaso imposible?.
Saber vivir en libertad, ¿Tan fácil?
Mucho se habla sobre la libertad para elegir. Algunos teóricos de las ciencias sociales, señalan que la pobreza, es la disminución de libertades individuales en la vida cotidiana. Incluso los adolescentes en más de alguna ocasión habrán animado alguna discusión con sus padres en base a la libertar para hacer lo que ellos estimen necesario. Para bien o para mal, hablamos constantemente de libertad en su amplio, mediano, o corto sentido, sin embargo, nadie habla de cómo administrar nuestra libertad.
Prisioneros de la desinformación. Otro indulto necesario.
EL tema de la semana sin duda alguna, fue el “Indulto” propuesto por los obispos de la iglesia, el cual fue presentado al Presidente de la República en la misma casa de gobierno.
A casi unos días para que se cumpla una semana de este hecho, poco y nada se puede escribir sobre esta propuesta, dado que ya a esta altura, todos los actores que de una u otra forma están total o parcialmente involucrados, ya han dado su declaración para bien o para mal.
Sin embargo, queda algo en la atmosfera que es necesario dar una observación sistemática, si del “alma de Chile” queremos preocuparnos, de cara al bicentenario de nuestra nación.
Muchos han señalado que el Estado ya se encuentra separado de la iglesia desde el gobierno de Alessandri. Otros, han sido un tanto más violentos, al señalar que la iglesia no puede hablar de estos temas dada las actuales investigaciones contra algunos sacerdotes. Sin embargo, y tras un breve ejercicio realizado a un grupo de personas con las cuales hemos debatido abiertamente sobre este tema, hemos constatado algo preocupante: el 90% de este grupo no había leído la propuesta de la iglesia. Sus opiniones estaban netamente ligadas por declaraciones de terceros, o por comentarios rápidos escuchados en algún momento.
A fin de juzgar a alguien, un juez debe conocer la mayor cantidad de antecedentes necesarios, los cuales estos en absoluto son excluidos, dependiendo de la religión o raza a la cual pertenecen tanto el juez como los sujetos.
Un pintor paisajista, permanece horas ante una fotografía, a fin de no dejar pasar algún detalle que haga fidedigna su obra con respecto a lo observado.
Y nosotros, ¿qué tan informados estamos al momento de emitir juicios tan severos con respecto a un tema, si no somos capaces de recurrir a la primera fuente del suceso?
Podremos estar o no de acuerdo con el contenido de esta propuesta. Y el posicionamiento personal que tomemos sobre este tema es tan respetable como aquel ente que ha decidido de manera libre, presentar la propuesta al gobierno. Sin embargo, nuestra crítica no está basada en el “qué” sino en el “cómo”. No buscamos decir algo nuevo sobre el contenido, sino el cómo elaboramos nuestra opinión del contenido.
No es lo mismo el que te cuenten cómo son las calles de París, que caminar uno mismo por sobre ellas, decía el filósofo. No es lo mismo leer un resumen de “cien años de soledad” que dejarse llevar por el relato mágico, propio de las novelas de García Márquez.
Con opiniones de segunda fuente, no obtenemos más que un discurso débil en relación a lo real del documento eclesial. Con discursos repetidos, muchas veces nosotros mismos caemos en la trampa, y reproducimos algo irreal. Y precisamente de este tipo de cosas, nuestra sociedad globalizada, está rodeada hace décadas.
No le demos más cabida a hechos vacios, que no encuentran fondo al no tener peso, como lo es una crítica. Que no nos manejen como títeres con respecto a lo que debemos pensar y qué no. Seamos constructores de una sociedad más justa y democrática, ejerciendo nuestro derecho de informarnos de manera libre, haciendo de este acto, algo sincero y riguroso.
El “alma de Chile” nos agradecerá al ver que sus hijos, son capaces de debatir con alturas de mira en pleno siglo XXI, hablando siempre con la verdad por delante.
A MILÍMETROS DEL MUNDO
Y AHORA QUÉ...
AMOR QUE SE DA...
No te salves...
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
Mario Benedetti - Poeta Uruguayo
El amor de plástico VS el amor real...
Creo que también en más de alguna ocasión, hemos escuchado a alguien decir lo enamorado que estaba de un “otro” a través de un chat, y quizá nuestra reacción instantánea fue habernos tomado la cabeza diciendo, ¡pero cómo es posible aquello!, o tal vez, muy por el contrario, hemos sido nosotros mismos los que nos hemos enamorado por la red.
Pero miremos el evangelio de hoy. Quizá una mascota virtual en nada nos escandaliza –y creo que no es para que lo haga por lo demás-, y quizá una relación amorosa en un plano netamente digital tampoco lo haga, pero en lo que sí nos debe interpelar este evangelio, es que un amor de plástico, nunca es un amor real.
Tal como señala Eugenio Tironi, los efectos de los procesos de modernización sobre nuestra sociedad, basados en el plano de los valores, de la cultura y, en particular, en términos de la erosión de los vínculos comunitarios, se están recién comenzando a sentir –y a resistir-. Dicho esto, Tironi agrega que “lo que resta de esta década, será la etapa de la revitalización comunitaria”.
Lo anterior, no debemos entenderlo como un discurso idealista, sino como el producto de la desfragmentación que vivimos como sujetos sociales. Y es que en una cultura, en la cual la sensación de miedo nos obliga a encerrarnos en nuestras casas, haciendo de ellas prácticamente unas cárceles, el espacio para generar un sentido comunitario será un deseo innato del hombre, puesto que en nuestra naturaleza, el “ser social” no es una moda, sino una necesidad. Es decir, no vinimos ni estamos solos en este mundo.
Dado esto, la pregunta clave es ¿cómo yo puedo amar más al que está a mi lado? Y la respuesta es bien sencilla, y nos la dice el padre Hurtado: “el sentido de la vida es darse”. Siendo así, entonces nuestro amor no sufrirá los límites propios de nuestros tiempos, abriéndose no sólo amar al que está a mi lado en cuanto a “sujeto” se refiere, sino también amar sus miserias, sus penas, así como sus alegrías y sus sueños. Un amor así, nos involucrará con la esencia del amor de Jesús, y hará que los demás, nos reconozcan como verdaderos discípulos de él.
En suma, la invitación no es a romper las mascotas virtuales, ni cerrar las cuentas de chat que podamos tener, sino todo lo contrario. Hacer que nuestro amor no se limite a eso, sino que trascienda hasta ser real entre los que me rodean.
De esta forma, nos daremos cuenta que toda la vida estuvimos hechos de carne, y nunca de plástico.
“A MILÍMETROS DEL MUNDO”
ESTA SEMANA: CON EL SACERDOTE JESUÍTA, PABLO WALKER SJ.
El "Ser Ovejas" de Jesús: Una construcción del día a día...
Este reconocimiento es de una suavidad tan grande, que nos coloca en un plano en el cual simplemente debemos dejarnos querer.
Sin embargo, la comparación que nos hace, es decir, el de ovejas de su rebaño, es un trabajo metafórico tan profundo, que en cierta forma está llena de implícitos que a simple vista no se logran reconocer, pero que en estas pocas líneas, trataremos en algo de aproximar.
La identidad es una construcción social de los sujetos, y según diversos sociólogos, está dada por tres elementos: el cómo yo me reconozco, el cómo me reconocen los demás, y por último el cómo creo yo que me reconocen los demás.
Tratando de reflejar esto, es el propio Jesús quien nos reconoce como ovejas, por ende, tenemos un elemento que nos da pie hacia la construcción de una identidad. Sin embargo, y en base a lo anterior ¿hasta qué punto “yo” me reconozco como oveja?, y al mismo ¿hasta qué punto yo genero una imagen que me dé una autoconstrucción de mí mismo como oveja ante los demás?
Quizá suene un poco enredado, y no es para menos. Pero lo que se genera como pregunta luego de esto, es ¿por qué esta idea de ser ovejas y no otro animal? Desde este punto podríamos hacer incluso hasta un libro, pero preferimos quedarnos en algo muy sencillo y pequeño, y que a la vez, nos desenreda el anterior crucigrama de la identidad: “La sencillez”.
En una sociedad altamente complejizada, la imagen de “ovejas” cobra más vida que nunca. Y es que pedirle esto a la cotidianidad de nuestras días, es algo sumamente difícil. Nuestras complicaciones son tan grandes, que en momentos nos sobrepasan hasta el punto de querer dejar todo de lado, señalando con cansancio que no damos más.
Sin embargo, estas complicaciones y agobios, en momentos nos crean en nuestra conciencia, una suerte de cultura del “mal vivir”. En cierta forma, el estar apresurados en cada momento, el estar llenos de problemas, y con grandes complicaciones, se nos ha transformado casi en una necesidad vital. Por ejemplo, aquel que estuvo por mucho tiempo endeudado, y por ende agobiado, al término de su problema económico, aun no salió de él cuando ingreso de inmediato a otro, y nuevamente el ciclo se reinicia, actualizando con ello todo el entorno que se esto genera.
Ahora bien, es inevitable la pregunta: ¿Es necesario tanto desgaste humano? En más de alguna ocasión podremos responder, sí. Pero es muy probable que digamos no, ante la pregunta ¿y es necesario este desgaste toda la vida?
En suma, el seguimiento a Cristo es también esto: una capacidad de construir la sencillez en nuestra vida, generando paso a paso, una nueva oportunidad para desprendernos de aquello que nos hace aun más limitados, y que nos impide llegar al creador. Dicho de otro modo, cada momento es una nueva oportunidad de aprender, con esa sencillez, a valorar lo verdadero de la vida, es decir, aprender cada día a construir esa identidad de sentirnos verdaderas “ovejas” de Él.
“A Milímetros del Mundo”
"Y al amanecer, siempre estuvo en la orilla..."
De pequeños, algunos se han criado con estas frases: "pórtate bien, sino Dios te va a castigar". Y es tanto el daño que hacen, que al final el "temor de Dios", no es más que lo explícito de su significado, un miedo enorme a mirarlo de frente.
Sin embargo, hay que decirlo con fuerza, tanto las frases de que Dios castiga, como aquellas respuestas sobre "el castigo de Dios sobre la tierra", no son más que una suerte de amenazas ante la verdadera naturaleza de Dios, y los regalos que nos hace hacia nosotros. ¿Como cuál? "La libertad humana", pero con una característica que la hace muy distintas a todas las concepciones que este valor tiene. Y es que al final de largo camino, Él nos estará esperando en la orilla, una vez terminada la noche, y comenzado el día.
Con los discípulos fue algo muy similar: "Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos, no sabían que era él". Y es que dentro de esta libertad, llena de dolor, de miedos e inseguridades, las cuales debemos conocerlas porque son parte de la vida y del "ser" humanos, existe una mirada cariñosa que nos acoge una vez finalizada la noche de nuestras vidas.
Jesús no quizo el terremoto para Chile, ni menos la guerra, ni el mal del mundo, y quien así piense, entonces no ha conocido ni lo más mínimo del amor de Dios. ¿O acaso los que creen en esto, no han volteado sus cabezas para mirar qué pasó en la cruz? Sin embargo, ante todo dolor humano, quien más humano que Él, para comprender nuetro vacío cuando la noche se deja caer sobre nosotros... Eso sí, con la certeza de que al termino de esta oscuridad, Él estará como siempre esperándonos en la orilla.
"A milimetros del Mundo"
"Creer: Una clave de vida"
Quién no creyó, sí lo hizo al momento de acariciar la vida real de Jesús resucitado. Nuestro mundo cotidiano es éste relato tal cual. Necesitamos tocar para creer, necesitamos sentir para vivir, y olvidamos que el sentir se vuela como cual hoja en otoño cae del árbol.
Debemos creer, pero antes, debemos aprender a creer, lo cual será el producto de una vida espiritual constante. No es fácil. Esto debe ser trabajado intensamente. Sin embargo, bien sabemos que una vez perdido el sentimiento, no nos queda otra alternativa. Sólo aprendiendo a creer, por sobre esa dependencia del sentir, y por sobre cualquier cosa, entonces aprenderemos a amar a cuerpo entero. Eso sí, cuidado con desechar el sentir. Este es clave en la vida, pero no lo fundamental. No hay que desprenderse de los sentimientos, sino a prender a ser fiel cuando ellos no están.
Con gran alegría inauguramos este blog. Un sitio que, utilizando las nuevas tecnologías de la información, pretende contribuir a la misión de evangelizar según los signos de los tiempos.
Para nosotros, no existe lo religioso si no se cruza con lo humano. Y es precisamente desde lo que somos, desde donde lograremos encontrar al Dios de la vida, al Dios de la historia...
Disponemos los medios, pero el encuentro es con Él.
“A milímetros del mundo”