A MILÍMETROS DEL MUNDO EN TU VIDA...
Somos un Blog dispuestos a mirar la vida con los ojos de Cristo. ¡Difícil!, ¿cierto?. Pero, ¿acaso imposible?.

El "Ser Ovejas" de Jesús: Una construcción del día a día...


El evangelio que inspira esta semana, posee una ternura sumamente especial: Jesús nos reconoce ante el Padre como sus ovejas.

Este reconocimiento es de una suavidad tan grande, que nos coloca en un plano en el cual simplemente debemos dejarnos querer.

Sin embargo, la comparación que nos hace, es decir, el de ovejas de su rebaño, es un trabajo metafórico tan profundo, que en cierta forma está llena de implícitos que a simple vista no se logran reconocer, pero que en estas pocas líneas, trataremos en algo de aproximar.

La identidad es una construcción social de los sujetos, y según diversos sociólogos, está dada por tres elementos: el cómo yo me reconozco, el cómo me reconocen los demás, y por último el cómo creo yo que me reconocen los demás.

Tratando de reflejar esto, es el propio Jesús quien nos reconoce como ovejas, por ende, tenemos un elemento que nos da pie hacia la construcción de una identidad. Sin embargo, y en base a lo anterior ¿hasta qué punto “yo” me reconozco como oveja?, y al mismo ¿hasta qué punto yo genero una imagen que me dé una autoconstrucción de mí mismo como oveja ante los demás?

Quizá suene un poco enredado, y no es para menos. Pero lo que se genera como pregunta luego de esto, es ¿por qué esta idea de ser ovejas y no otro animal? Desde este punto podríamos hacer incluso hasta un libro, pero preferimos quedarnos en algo muy sencillo y pequeño, y que a la vez, nos desenreda el anterior crucigrama de la identidad: “La sencillez”.

En una sociedad altamente complejizada, la imagen de “ovejas” cobra más vida que nunca. Y es que pedirle esto a la cotidianidad de nuestras días, es algo sumamente difícil. Nuestras complicaciones son tan grandes, que en momentos nos sobrepasan hasta el punto de querer dejar todo de lado, señalando con cansancio que no damos más.

Sin embargo, estas complicaciones y agobios, en momentos nos crean en nuestra conciencia, una suerte de cultura del “mal vivir”. En cierta forma, el estar apresurados en cada momento, el estar llenos de problemas, y con grandes complicaciones, se nos ha transformado casi en una necesidad vital. Por ejemplo, aquel que estuvo por mucho tiempo endeudado, y por ende agobiado, al término de su problema económico, aun no salió de él cuando ingreso de inmediato a otro, y nuevamente el ciclo se reinicia, actualizando con ello todo el entorno que se esto genera.

Ahora bien, es inevitable la pregunta: ¿Es necesario tanto desgaste humano? En más de alguna ocasión podremos responder, sí. Pero es muy probable que digamos no, ante la pregunta ¿y es necesario este desgaste toda la vida?

En suma, el seguimiento a Cristo es también esto: una capacidad de construir la sencillez en nuestra vida, generando paso a paso, una nueva oportunidad para desprendernos de aquello que nos hace aun más limitados, y que nos impide llegar al creador. Dicho de otro modo, cada momento es una nueva oportunidad de aprender, con esa sencillez, a valorar lo verdadero de la vida, es decir, aprender cada día a construir esa identidad de sentirnos verdaderas “ovejas” de Él.

“A Milímetros del Mundo”
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"Y al amanecer, siempre estuvo en la orilla..."


Es común ver y escuchar a la gente, cuando apuntan con el dedo a Dios, y lo culpan por el mal del mundo, por la guerra, por la violencia, incluso por cosas tan nuestras como el actual terremoto y tsunami ocurrido en nuestro país (Chile). Pero tambien es común escuchar respuestas tan débiles y sin espíritu, como las que señalan que todo lo anterior es un castigo de Dios.

De pequeños, algunos se han criado con estas frases: "pórtate bien, sino Dios te va a castigar". Y es tanto el daño que hacen, que al final el "temor de Dios", no es más que lo explícito de su significado, un miedo enorme a mirarlo de frente.

Sin embargo, hay que decirlo con fuerza, tanto las frases de que Dios castiga, como aquellas respuestas sobre "el castigo de Dios sobre la tierra", no son más que una suerte de amenazas ante la verdadera naturaleza de Dios, y los regalos que nos hace hacia nosotros. ¿Como cuál? "La libertad humana", pero con una característica que la hace muy distintas a todas las concepciones que este valor tiene. Y es que al final de largo camino, Él nos estará esperando en la orilla, una vez terminada la noche, y comenzado el día.

Con los discípulos fue algo muy similar: "Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos, no sabían que era él". Y es que dentro de esta libertad, llena de dolor, de miedos e inseguridades, las cuales debemos conocerlas porque son parte de la vida y del "ser" humanos, existe una mirada cariñosa que nos acoge una vez finalizada la noche de nuestras vidas.

Jesús no quizo el terremoto para Chile, ni menos la guerra, ni el mal del mundo, y quien así piense, entonces no ha conocido ni lo más mínimo del amor de Dios. ¿O acaso los que creen en esto, no han volteado sus cabezas para mirar qué pasó en la cruz? Sin embargo, ante todo dolor humano, quien más humano que Él, para comprender nuetro vacío cuando la noche se deja caer sobre nosotros... Eso sí, con la certeza de que al termino de esta oscuridad, Él estará como siempre esperándonos en la orilla.

"A milimetros del Mundo"

"Creer: Una clave de vida"


No es coincidencia que el primer comentario de este nuevo Blog que inauguramos, sea en relación al texto de Tomás.

Quién no creyó, sí lo hizo al momento de acariciar la vida real de Jesús resucitado. Nuestro mundo cotidiano es éste relato tal cual. Necesitamos tocar para creer, necesitamos sentir para vivir, y olvidamos que el sentir se vuela como cual hoja en otoño cae del árbol.

Debemos creer, pero antes, debemos aprender a creer, lo cual será el producto de una vida espiritual constante. No es fácil. Esto debe ser trabajado intensamente. Sin embargo, bien sabemos que una vez perdido el sentimiento, no nos queda otra alternativa. Sólo aprendiendo a creer, por sobre esa dependencia del sentir, y por sobre cualquier cosa, entonces aprenderemos a amar a cuerpo entero. Eso sí, cuidado con desechar el sentir. Este es clave en la vida, pero no lo fundamental. No hay que desprenderse de los sentimientos, sino a prender a ser fiel cuando ellos no están.

Con gran alegría inauguramos este blog. Un sitio que, utilizando las nuevas tecnologías de la información, pretende contribuir a la misión de evangelizar según los signos de los tiempos.

Para nosotros, no existe lo religioso si no se cruza con lo humano. Y es precisamente desde lo que somos, desde donde lograremos encontrar al Dios de la vida, al Dios de la historia...
Disponemos los medios, pero el encuentro es con Él.

“A milímetros del mundo”