A MILÍMETROS DEL MUNDO EN TU VIDA...
Somos un Blog dispuestos a mirar la vida con los ojos de Cristo. ¡Difícil!, ¿cierto?. Pero, ¿acaso imposible?.

Prisioneros de la desinformación. Otro indulto necesario.




EL tema de la semana sin duda alguna, fue el “Indulto” propuesto por los obispos de la iglesia, el cual fue presentado al Presidente de la República en la misma casa de gobierno.

A casi unos días para que se cumpla una semana de este hecho, poco y nada se puede escribir sobre esta propuesta, dado que ya a esta altura, todos los actores que de una u otra forma están total o parcialmente involucrados, ya han dado su declaración para bien o para mal.

Sin embargo, queda algo en la atmosfera que es necesario dar una observación sistemática, si del “alma de Chile” queremos preocuparnos, de cara al bicentenario de nuestra nación.

Muchos han señalado que el Estado ya se encuentra separado de la iglesia desde el gobierno de Alessandri. Otros, han sido un tanto más violentos, al señalar que la iglesia no puede hablar de estos temas dada las actuales investigaciones contra algunos sacerdotes. Sin embargo, y tras un breve ejercicio realizado a un grupo de personas con las cuales hemos debatido abiertamente sobre este tema, hemos constatado algo preocupante: el 90% de este grupo no había leído la propuesta de la iglesia. Sus opiniones estaban netamente ligadas por declaraciones de terceros, o por comentarios rápidos escuchados en algún momento.

A fin de juzgar a alguien, un juez debe conocer la mayor cantidad de antecedentes necesarios, los cuales estos en absoluto son excluidos, dependiendo de la religión o raza a la cual pertenecen tanto el juez como los sujetos.

Un pintor paisajista, permanece horas ante una fotografía, a fin de no dejar pasar algún detalle que haga fidedigna su obra con respecto a lo observado.

Y nosotros, ¿qué tan informados estamos al momento de emitir juicios tan severos con respecto a un tema, si no somos capaces de recurrir a la primera fuente del suceso?

Podremos estar o no de acuerdo con el contenido de esta propuesta. Y el posicionamiento personal que tomemos sobre este tema es tan respetable como aquel ente que ha decidido de manera libre, presentar la propuesta al gobierno. Sin embargo, nuestra crítica no está basada en el “qué” sino en el “cómo”. No buscamos decir algo nuevo sobre el contenido, sino el cómo elaboramos nuestra opinión del contenido.

No es lo mismo el que te cuenten cómo son las calles de París, que caminar uno mismo por sobre ellas, decía el filósofo. No es lo mismo leer un resumen de “cien años de soledad” que dejarse llevar por el relato mágico, propio de las novelas de García Márquez.

Con opiniones de segunda fuente, no obtenemos más que un discurso débil en relación a lo real del documento eclesial. Con discursos repetidos, muchas veces nosotros mismos caemos en la trampa, y reproducimos algo irreal. Y precisamente de este tipo de cosas, nuestra sociedad globalizada, está rodeada hace décadas.

No le demos más cabida a hechos vacios, que no encuentran fondo al no tener peso, como lo es una crítica. Que no nos manejen como títeres con respecto a lo que debemos pensar y qué no. Seamos constructores de una sociedad más justa y democrática, ejerciendo nuestro derecho de informarnos de manera libre, haciendo de este acto, algo sincero y riguroso.

El “alma de Chile” nos agradecerá al ver que sus hijos, son capaces de debatir con alturas de mira en pleno siglo XXI, hablando siempre con la verdad por delante.


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